27 abr 2008



Ventana, otra vez... tú?

A todos, a veces, nos gustaría cambiar de ventana los domingos...

y a otros siempre.



Foto: encontrada sin dueño aparente?



"Desde la ventana del hotel veo demasiadas cosas de esta ciudad...

Veo cómo se encienden las luces de algunos edificios,

veo cómo el humo de las chimeneas se alza en columnas espesas.

Me gustaría no tener que mirar"

Raymond Carver
"De qué hablamos cuando hablamos de amor" ed. Anagrama















 

8 comentarios:

Tomás dijo...

Carver o Lish? Lish o Carver? O ambos. Sí, ambos. Que más da, supongo. La historia resulta muy jugosa.

Un saludo.
Tomás

Maria dijo...

Amedrenta este hombre. Sus palabras invaden territorios espiritales antes fértiles y los desertiza, entonces te das cuenta que habla de cadáveres vivientes, a menudo vecinos tuyos, si no parientes, en un despertar de la conciencia.

ultrarrojo dijo...

tienes razón, tuve que repetir lo mismo tantas veces que al final estaba molesta y tenía esa serie de ideas sintéticas incomprensibles... que querían sencillamente decir que me interesa lo que publicas en tu blog y que pasaré más.

EL CHICO GRIS dijo...

Casualidad: Empecé ayer con ese libro de Carver.

Adolfo Calatayu dijo...

En este preciso momento,querida amiga,quisiera que la ventana de mi alma tuviese otra vista,un paisaje más tibio y acogedor.
Te envío un cariño grande.

Marta dijo...

A mí sin embargo si me gusta mirar, a pesar del humo, a pesar de las luces, a pesar de la ciudad. Un abrazo.

isuntza dijo...

Como niño que soy, me apasionan las ventanas El mundo que esconden detrás cuando bajamos la persiana y la magia que nos recibe al levantarla Todo lo que se puede ver y todos los sitios por los que puede pasear una mente cuando el cuerpo queda encerrado entre cuatro paredes Y como niño inquieto que todo lo quiere saber, siempre me ha intrigado qué tienen las ventanas para que todos tengamos que mirar al pasar cerca de una Yo creo que son ansias de volar...

Como me gusta tu blog, niña
Cuidate mucho
Muxus Maria & Rekuerdos del niño triste!!

Anónimo dijo...

¡¡¡Y luego hay quien se sorprende, cuando un amigo o un ser querido abandona la ciudad!!!


un saludo